martes, 14 de octubre de 2008

El Castillo de Bran, más conocido como el Castillo del Conde Drácula.-


El castillo de Bran, situado en la frontera entre las regiones de Transilvania y Valaquia, en Rumanía, se levantó en el año 1212 por un miembro de la Orden de los Caballeros Teutónicos. Dos siglos más tarde, por orden de Luis de Anjou pasó a estar bajo el Gobierno de la ciudad de Brasov. Varios dueños tuvieron acceso a él; entre ellos, Mircea el Viejo, abuelo de Vlad Tepes, pero siempre terminaba recuperándolo el pueblo. Incluso llegó a estar bajo poder del imperio otomano, cuando éste se adentró hasta las mismas puertas de Austria. Convertido en el siglo XX como residencia de verano de los reyes, cayó bajo mando comunista cuando éstos se alzaron con el gobierno del país. Con la caída de Ceaucescu, el castillo fue devuelta a la familia Hagsburgo, sus actuales herederos.
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Pero la leyenda de este castillo se basa sobre todo en que Bram Stoker, al crear hace ya más de 100 años su famoso libro Drácula, lo basó, presuntamente, en la vida de Vlad el Empalador, conocido en Valaquia en su época, allá por el siglo XV como Vlad Draculea (hijo del diablo), y fue este castillo el que el escritor tomó como referencia para emplazar la vivienda del Drácula de ficción, dado que en la realidad, Vlad Tépes jamás vivió en él.
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Otras leyendas se han ido uniendo en torno a este castillo como la de que en su interior está escondida la cabeza de María de Sajonia, en una urna de plata, o que a través de sus innumerables pasadizos, el flautista de Hammelin se llevó a los niños a su paso por Transilvania, donde finalmente se le perdió la pista.
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En la actualidad, Dominic de Hagsburgo lo ha puesto en venta. Tras muchos tiras y aflojas con el gobierno local de Brasov quien no se muestra dispuesto a comprarlo por tan “escandaloso” precio, Hagsburgo lo vende de forma privada. Nombres como el de magnate ruso Roman Abramovich ya saltaron a la palestra cuando en enero de este mismo año intentó venderlo, pero finalmente no se cerró la venta…